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lunes, 19 de octubre de 2009

Pedro Loli Marquez

Este 19 de octubre del 2009 hubiera cumplido 85 años de edad su esposa y 5 hijos así como los 10 nietos y 3 biznietos a quienes no pudo conocer íntegramente lo recordamos con cariños.

Por Esperanza Espinoza Ocampo de Loli

La mañana del 19 de octubre de 1924 mientras el Señor de los Milagros salía en procesión abrió sus ojos por primera vez en Lima Pedro Ignacio Loli Márquez. Sus padres, ambos huaracinos fueron Doña Estela Márquez Suárez de oficio panadera y Don Julián Loli Delgado, conocido como “huishtu” o chueco Julián debido a la curvatura de la columna que sufrió a raíz del aluvión de Ranrahirca. El era propietario de un billar a media cuadra de la plaza armas en la antigua calle Echenique siendo además muy conocido por su afamado caldo de cabeza que era posible encontrar desde la madrugada.

Pedro Loli Márquez vivió su infancia y primera etapa de su adolescencia en Shaurama donde la familia de su madre tenía sus chacras y desde donde venía a Huaraz a estudiar cruzando el conocido Río Seco.

Estudió hasta el cuarto año de secundaria en el colegio La Libertad en Huaraz y luego viajó a Lima donde concluyó sus estudios secundarios y aprendió el oficio de sastre para poder obtener los recursos que luego de varios años le permitirían concretar su sueño de ser abogado que para entonces parecía inalcanzable. La sastrería no sólo le permitió estudiar Contabilidad y paralelamente Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, sino además saber planchar con mucha precisión por lo que quienes lo conocieron en vida deben recordar la pulcritud con que vestía y el corte perfecto de sus ternos.

Se recibió de Bachiller en Derecho sustentando su tesis “El matrimonio y la familia en el derecho civil” aprobada por unanimidad el 19 de enero de 1957 y un mes después, el 18 de febrero del mismo año, en la casona de la Universidad de San Marcos obtuvo el título de abogado, demostrando que aunque tome tiempo y a veces más de lo esperado, con objetivos claros y esfuerzo es posible superar las limitaciones que impone la pobreza.

A los 28 años de edad contrajo matrimonio con Doña Esperanza Espinoza Ocampo, quien compartía sus sueños y fue su compañera hasta el final de sus días.

El clima limeño había afectado su salud y tenía asma, por lo que ya con su título de abogado y con tres hijos Pedro, Silvia y Jorge decidió radicar en la ciudad de Huaraz, lugar donde nacieron sus hijos Esperanza y Miguel.

Apenas llegado a Huaraz obtuvo el empleo de Relator del Tribunal de la Corte Superior de Justicia de Ancash, luego fue durante años Defensor de oficio. El Derecho Penal lo atraía mucho aunque como abogado libre llevó juicios de toda índole, inclusive los relacionados con la minería.

Rápidamente se hizo conocido por sus valores. Su honradez, veracidad, honestidad y probidad, le ganaron la confianza y el respeto de los magistrados pero también de los funcionarios públicos, clientes y población en general, incluso de sus ocasionales adversarios judiciales. Hablaba perfectamente quechua lo que le valió también para apoyar a las comunidades en sus demandas judiciales.

Ejerció diversos cargos en el ilustre Colegio de Abogados de Ancash, habiendo sido su Decano en tres oportunidades. Fue miembro del Club Huaraz y del Club Social Huaraz.

El terremoto de 1970 lo sorprendió siendo Presidente del Rotary Club Huaraz y Presidente de la Sociedad de Beneficencia Pública de Huaraz. Su padre, Julián Loli falleció ese fatídico 31 de mayo así como muchos parientes.

Como muchos, perdió su casa y cosas materiales en el terremoto pero decidió seguir viviendo en Huaraz, lo que le permitió apoyar en las gestiones para obtener un local provisional la Corte de Ancash en el barrio “El Centenario” y otros apoyos a través de sus vínculos con Rotary Club.

Posteriormente asumió el cargo de Director de asuntos legales de “ORDEZA” y luego el mismo cargo en ORDENOR CENTRO, espacios donde también se gano el aprecio y respeto por su don de gentes y honradez a prueba de todo.

Años después fue nombrado presidente del Jurado Departamental de Elecciones de Ancash, llevando a cabo un proceso impecable y fue felicitado por la población ancashina como por el Jurado Nacional de Elecciones por haber sido el único a nivel de todo el país, que devolvió dinero a las arcas estatales al haber realizado gestiones para obtener gratuitamente los locales donde desarrolló su trabajo.

El 25 de octubre de 1989 mientras se encontraba en Lima de paso a un Congreso de Abogados que se realizaría en la ciudad de Cusco, fue sorprendido por la noticia de su nombramiento como Miembro Titular del Jurado Nacional de Elecciones, cargo que desempeñó hasta el 23 de diciembre de 1993, siendo el vocero por su don de gentes.

Pedro Loli gustaba de la música, tocaba guitarra o mandolina todos los días y cantaba. A veces nos sorprendía con un vals de antaño al morir la tarde o con un bolero. Su voz fina y atiplada le permitía cantar Lima de novia, Gitana…y tantas otras canciones que ejecutaba solo o acompañado por su esposa e hijos. Su alegría nos acompañó siempre y sus hijos muchas veces nos sorprendemos tarareando una canción antigua que no recordamos cuando la aprendimos.

Sonreía cuando decía que la vida le había dado mucho más de lo que hubiera esperado y recordaba con cariño sus medallas del Colegio de abogados, del Jurado Nacional de Elecciones y por supuesto aquella que le fue otorgada por la Municipalidad de Huaraz cuando lo declaró hijo predilecto de la ciudad de Huaraz.

La muerte le llegó mientras dormía el 26 de diciembre de 1993, se fue como siempre quiso, sin sufrir.

Este 19 de octubre del 2009 hubiera cumplido 85 años de edad su esposa y 5 hijos así como los 10 nietos y 3 biznietos a quienes no pudo conocer íntegramente lo recordamos con cariños.

Sabemos que también quienes conocieron su sinceridad y su gusto por cantarle a la vida, añoran su presencia.

Les pedimos elevar una oración para su eterno descanso.

Gracias Pedro por haber vivido entre nosotros.

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