Antonio Romulo Vela Villalba.
1933 - 2011
Por Julio Olivera Ore De ambos lados de la Cordillera bajan a la vega, gargantas, barrancos, ramblas, desfiladeros, cañadas y una variedad inverosímil de quebradas con valles furtivos, donde el céfiro con su egregio órgano o una arpa eolia modula cadencias y melodías telúricas. Allí está Cuyuchin de La Pampa, que es en este lugar donde nació Antonio Romulo Vela Villalba. En los sotos y las vegas el céfiro se impregna de fragancias, de recuerdos, toma el aroma de las flores silvestres y lo esparce. Un sutil fluido envuelve al espíritu, lo raspasa y lo hace flotar y vibrar. Es un efluvio o una melodía que anega.
Era La joya de oro y de rubí del pincel, la alondra auroreal de los jardines de La Pampa de Corongo, el númen del ensueño y la fantasía másandino que un verso....Sensitivo místico soñador.
La pasión por bello y la delectación de la pintura, nadie como él con su fantasía arrobadora exaltaba el paisaje con su creación artística logrando estampas geniales.
Teófilo del Castillo, aquél pintor Carhauasino y Max León, fueron como Félix Chávez, maestros, Milner Kajaguaringa Faldos Rivas y Julio Castellanos sus compañeros sonoros de perspectivas indefinibles y claroscuros hechizantes.
Un presentimiento de desolación influia en el tono de sus óleos, de allí talvez su afición a los tintes violeta, por el azul rosa o naranja que traducían la nostalgia del paisaje o la tribulación del dolor. Aquél
pensamiento de fatalidad la llevó a crear un lienzo “La Casa del Oso”, donde las aguas de la corriente tienen el murmullo del llanto. Pintó “La Fé”, donde una cruz de piedra emerge del mar convulsionado y de entre los rostros de una lancha destrozada, se levanta la figura de una naufraga. “La Oración” donde una aldeana de rodillas reza en tanto que la hecatombe bélica hace estragos en su derredor. Pintó un nítido “Huascarán” en momentos que el desmoronamiento del nevado levantara un polvo caleidoscópico.
Su pintura era la pintura del presentimiento, de aquellas aguas trágicas y convulsas, mientras los sobrevivientes oraban contritos y el Cristo Redentor del Cementerio se ergia exhortando la fe y la esperanza Antonio fué asediado por aquél torvo y mordaz alúd del 31 de Mayo de 1970, pero no logró empañar ni la gloria ni la belleza de tan lúcida y singular. Se perdió en la donosura de Antonio Vela.
El arte fué luxado y su recuerdo son las plegarias que avivan la esperanza de que en el cielo seguirá pintando estampas, para el orgullo de los suyos y para rabia del alúd.
Aquella sensitiva paleta que trazara líneas argentadas en los arreboles áureos, pintara ángeles y querubines con tintes de flores .. Nacido un 5 de Setiembre de 1933.
Al candor de sus lienzos le venía el pudor de su alma, es decir de aquella flor de santidad que cultivan las ninfas para cautivar a los ángeles. Una impresión de irrealidad daba a aquellos lienzos una expresión de idealidad y de ensueño.
Así como cada color está cargado de una especial emotividad y en cada tono va impostado su emoción espiritual, así en las pinturas de Vela hay un maravilloso hálito sobrenatural. El pintor y el músico que combinan la gama de los colores y el tono de los arpegios; el escultor y el orfebre que aprehenden el iris y la apoteosis de la línea y los poetas y trovas que laudan la belleza ideal, son los únicos que podrían saber de que elementos le venía a Vela aquella radiante y soberana pasión y de que poder emanaba aquella gracia de sus acuarelas y aquél magnético efluvio.
Pero ni aquellos artistas ni ningún otro genio podrían haber sabido lo que los magos y los ángeles en sus cuadros sabían de donde provenía tanta hermosura. Vivía floreciente con los sentidos atentos a la armonía de la belleza y con el alma absorta en la admiración celestial. Vivía enamorada, es decir vivía de la pintura del verso, de la melodía de la música y de la escancia de su pincel y de su voz, embriagado de inocencia y bondad que lo hacían seráfico y divino. En que lontananzas se posaron sus ojos para engarzar la luz de sus pinturas y la poesía de los crepúsculos?. De qué fuentes de armonía y línea captó aquella maravilla de bondad y pureza que normó su vida ejemplar? Que hacen que sus recuerdos sean etéreos. Sus obras se perennizan en locales culturales y en el Museo de la Nación, Vela deja recuerdos de las escuelas de Cabana de la Pampa, de Lima y fue Premio Mayor de la Escuela de Bellas Artes del Perú. Descansa en Paz.
1 comentario:
Que gran hombre no tan conocido en el ambiente artístico, gracias x darse el tiempo para conocer a un gan valor andino...
No olvidar a FILOMENO MELGAREJO escultor yungaino q hizo gratuitamente el Cristo de Yugay y paralelo a este trabajo mi padre GODOFREDO ZEGARRA ANGELES diseñó, dirigio, ornamentó y decoró con pan de oro y plata el altar mayor de la catedral de Yungay.
Mayor información visitar el blog
http://godofredozegarraangeles.blogspot.com/
Waraq markapita
Pilar Zegarra Rodríguez
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