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jueves, 13 de agosto de 2009

Carlos Alberto Ramírez Ramos

“SIEMPRE ASPIREN A SER MÁS HUMANOS Y HUMANISTAS”
Fuente: Universidad Peruana Cayetano Heredia
Entrevista realizada por la señorita Giuliana Cárdenas Gamarra, interna de Medicina al doctor Carlos Alberto Ramírez Ramos, Profesor Emérito y ex Vicerrector Académico y de Investigación de la Universidad.

¿Podría comentarnos sobre su infancia y vida preuniversitaria?
Nací en Huaraz, en el Departamento de Ancash, la “Suiza Peruana”. Vine a Lima a los 18 años luego de una infancia y juventud muy feliz e inolvidable. Quería estudiar Medicina. En esa época la única facultad de Medicina que existía era la de San Fernando de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Aquí vivía con mis hermanos mayores que estudiaban otras carreras, mi ejemplar madre luego vino a vivir con nosotros. Mi padre falleció cuando era niño. Al postular a San Fernando, ingresé en la primera oportunidad. Integrarme a la vida de Lima no me fue fácil, soy una persona sentimental, querendón, y apartarme de mi madre, de mi familia y de mi ciudad, me hacia siempre extrañar, lo cual compensaba viajando cuantas veces podía a Huaraz a reencontrarme con los míos y con los amigos. Por lo mismo, mi adaptación cuando fui a estudiar a EE.UU. tampoco fue fácil y al final eso hizo que volviera para radicar en nuestro país.
¿Por qué decidió estudiar Medicina?
En realidad, cuando era colegial tenia atracción por dos carreras, en las que había que tener en cuenta el conocimiento, el razonamiento, la originalidad y la vocación de servicio. Una de ellas era Medicina y la otra era Derecho. Recuerdo que inclusive asistía a las salas del poder judicial para escuchar los juicios y a la salas del hospital de Belén. Ayudó a mi elección la imagen de un tío que fue un médico prominente en Huaraz. El hospital de la ciudad lleva ahora su nombre, “Víctor Ramos Guardia”, su ejemplo de médico paradigmático, mi vocación de servicio y mi interés por los problemas de los demás me motivó para estudiar Medicina.
¿Cómo fue su vida universitaria?
Mi vida universitaria fue muy grata. Hice y tuve muy buenos amigos. Solamente que los dos primeros años vivimos la época de la revolución del General Odría, quién hizo que los tanques ingresaran a la Universidad lo que ocasionó muchas protestas estudiantiles; cerraron la Universidad durante un año, incluso pensé irme a estudiar a la Argentina. En mi promoción fuimos 385 estudiantes, ocupé el quinto puesto entre ellos. Ingresé con la idea de ser cirujano, sin embargo en el tercer año de Medicina la parte clínica me atrajo mucho y sin dudas me incliné por la Clínica Médica. Mi vida universitaria transcurrió en medio de una sólida formación médica, humana y humanista con profesores y maestros, a muchos de los cuales elegí como paradigmas.
¿Háblenos acerca de su trayectoria profesional?
Luego de graduarme de médico, lo primero que hice fue cumplir mi deseo de viajar al extranjero para especializarme. En ese entonces no existía en el Perú un programa de residencia, y apliqué a los EE.UU., primero como interno y luego como residente. Tuve la suerte de tener el apoyo de mi maestro, el doctor Guzmán Barrón quien me ayudó mucho para realizar mi especialidad en la Universidad de Chicago, que era uno de los centros más reconocidos en el mundo en Gastroenterología. La Hematología, la Gastroenterología y la Neumología eran las especialidades que mas me atraían, me decidí por la Gastroenterología, porque era una de las especialidades en las que el mayor recurso para el diagnóstico era la historia clínica. Actualmente se ha añadido mucho de tecnología endoscópica, de imágenes y de laboratorio. En el hospital Loayza tuve la suerte de ser discípulo del maestro Benjamín Alhalel. En los EE.UU., tuve el privilegio de trabajar con el doctor Walter Palmer, uno de los más famosos gastroenterólogos del mundo e igualmente clínico eminente. Deseo contarles que cuando era estudiante de pregrado obtuve la nota más alta en Bioquímica. El doctor Guzmán Barrón, que era el profesor del curso, acostumbraba llamar a los que obtenían las mejores notas para trabajar con él, e iniciarse en la docencia, lo cual hice como Ayudante de Prácticas y allí además nació mi inclinación por la investigación.
Los doctores Guzmán Barrón, Benjamín Alhalel, Germán Garrido Klinge, Víctor Alzamora Castro y Walter Palmer han tenido una gran influencia en mi formación profesional. Pocos años después de mi retorno de los EE.UU. vino el boom de la endoscopia de fibra, postulé a una beca en el Japón, fui el primer becado por el gobierno japonés, después de la post guerra. Estuve en Nacional Cancer Center de Tokio por seis meses, al retornar fui uno de los pioneros en la endoscopia de fibra en el Perú y Sudamérica. Fundé varios centros con el apoyo del gobierno de Japón; en el INEN, en el Hospital Cayetano Heredia, en el Hospital Loayza. Paralelamente fui nombrado Jefe de Servicio del Hospital de la Fuerza Aérea donde hicimos cosas novedosas y pioneras. Luego de veinte años de trayectoria profesional empezamos con los doctores Robert Gilman, Raúl León Barúa, y Sixto Recavarren, a trabajar sobre el Helicobacter pylori. Ya tenemos veinticuatro años estudiando esta bacteria. Este estudio se inició en 1983. El descubrimiento de este microorganismo fue realizado por los investigadores australianos Marshall y Warren pero fue recibido con mucho escepticismo en el mundo. Se pensaba que en el estómago, por el medio ácido, no podían vivir gérmenes. Nuestra Universidad junto con la Universidad de Johns Hopkins, con los doctores Gilman, León Barúa, Recavarren, el que habla y posteriormente el doctor Bussalleu hemos seguido estudiando una serie de aspectos de esta bacteria, la epidemiología, la patología, el tratamiento.
¿Cómo así Ud. empieza a trabajar en nuestra Universidad?
Soy fundador de la Universidad, empecé a trabajar en la Cátedra de Clínica Médica en la Facultad de San Fernando con el profesor Víctor Alzamora Castro, otra de las personas verdaderamente emblemáticas para mí. En ese tiempo viene el problema del cogobierno y el conflicto universitario que condicionó la fundación de la Universidad Peruana de Ciencias Médicas y Biológicas, actual Universidad Peruana Cayetano Heredia, y decidí renunciar a la Facultad de Medicina de San Fernando, convirtiéndome en docente fundador. Empecé enseñando el curso de Clínica Médica y Gastroenterología en el Hospital Dos de Mayo, estamos hablando de los años sesenta, es decir hace 45 años, me inicié como Instructor, luego fuí Profesor Auxiliar, Profesor Asociado, Profesor Principal, ejercí otros cargos: Asistente de la Dirección de la Escuela de Postgrado, Coordinador del curso de Gastroenterología, Jefe de la Oficina de Investigación Científica durante 5 años y posteriormente me eligieron Vicerrector Académico y luego Vicerrector de Investigación, desempeñándome como Rector interino por enfermedad del Rector Carlos Vidal Layseca, durante un tiempo.
¿Qué es lo que le motivó a ser editor de la revista Spirat?
Desde muy joven me gustó la labor editorial. Siendo estudiante universitario nos reuníamos un grupo de huaracinos que estudiábamos diferentes carreras como Medicina, Ingeniería y Derecho, y se me ocurrió editar una revista cultural, la llamamos TERRUÑO, los artículos eran escritos por personalidades ancashinas como el doctor Alberto Guzmán Barrón, el Ing. Santiago Antúnez de Mayolo, don Carlos Alberto Izaguirre, entre otros, pero sólo salieron dos números ya que me fui a EE.UU. Siempre me atrajo escribir porque consideré y considero como expresé en un libro conmemorativo “escribir es un deber para dejar plasmada en obra escrita el resultado de nuestras experiencias, investigaciones y observaciones para juicio de las generaciones futuras”. Cuando íbamos a cumplir 25 años de vida institucional, estaba a cargo de la jefatura de la Oficina de Investigación, durante el rectorado del doctor Alberto Cazorla. Conversamos con él para editar un libro en el que se narrara todo lo realizado en este periodo. Tenía hasta el nombre del libro “el Libro de Plata de la UPCH”. Lamentablemente razones económicas no permitieron realizarlo, pero diez años después, siendo Vicerrector, sugerí al Rector la idea de hacer un libro conmemorativo. No había dinero pero logré un financiamiento externo, publicando el primer libro conmemorativo por los 35 años de la Universidad. Tuvo tanto éxito que el Consejo Universitario acordó realizar un volumen cada quinquenio. Así hemos publicado otro tomo por los 40 años y el último por los 45 años, con el apoyo del Rector Dr. Oswaldo Zegarra, otra persona ejemplar que sabe aquilatar y dirigir el trabajo en equipo, y de toda la Comunidad Herediana. Comentábamos con el doctor Zegarra, acerca de los profesores que tenían poco contacto con la Universidad, quien me preguntaban acerca de lo que lo que se está haciendo, y este preguntar permanente me hizo ver la necesidad que deberíamos contar con un órgano informativo periódico con las noticias de todos los estamentos, logrando algo muy importante en una institución “la comunicación interna”. Salió el primer número de Spirat con el mismo diseño que tiene hasta ahora. Fue un éxito y desde hace seis años venimos publicando ininterrumpidamente Spirat, cada trimestre. Luego, también se nos ocurrió, “en Cayetano publicamos bastante pero se dispersa en las diferentes revista científicas, no conocemos todo lo que hacemos”, así nació el Spirat Especial, publicación anual en la que se edita toda la publicación escrita a nivel nacional e internacional, de nuestros profesores y alumnos. Considero que si uno no se propone hacer las cosas contra viento y marea, las hace, recordando el pensamiento: “haz las cosas chicas como si fueran grandes y cuando tengas que hacer las cosas grandes te parecerán chicas”. Personalmente he publicado 3 libros, 16 capítulos de libros, editor 7 libros, autor de 45 artículos en revistas nacionales, 22 en revistas extranjeras y coautor de 17 artículos originales de investigación. A veces se piensa que es muy difícil publicar en el Perú, sin embargo se puede conseguir apoyo, para mi primer libro “Alimentos en Gastroenterología” me apoyó la Fuerza Aérea, era un tema que estaba muy disperso, este libro fue muy bien recibido, para el segundo libro “Campylobacter pylori, Patología Gastroduodenal” me apoyó el CONCYTEC en 1994 y hace 4 años publiqué “Helicobacter pylori en el Perú”, donde compilé toda nuestra experiencia, conté con el apoyo de los Laboratorios MEDCO. Posteriormente con los doctores Alejandro Bussalleu y Martín Tagle hemos publicamos un libro que se llama “Tópicos Selectos en Gastroenterología”, editado con el apoyo de varios laboratorios farmacéuticos. Ahora estoy preparando un libro que se llama “Algunos Discursos”, que contiene las alocuciones que me ha tocado pronunciar. Sigo trabajando en el Helicobacter pylori, y acabo de terminar un artículo sobre la disminución de la prevalencia del cáncer gástrico.
¿Conocemos que usted ha obtenido diversos premios, podría hablarnos sobre ello?
He obtenido el Primer Premio Hipólito Unanue a la Mejor Edición Científica en 1987 con el libro “Alimentos en Gastroenterología”, el Primer Premio a la Mejor Edición Científica con la obra “Campylobacter pylori y patología gastroduodenal” en 1994, el premio CONCYTEC en 1995, la medalla Alberto Barton por mis aportes en la investigación en 1997, el Primer Premio Hipólito Unanue al Mejor Trabajo de Investigación Científica, el año 1999, el premio Aventis 2000 (ex Premio Roussel) por el trabajo Epidemiología del Helicobacter pylori en el Perú, el Átomo de Oro 2006 por nuestro trabajo de demostración que un medio de contagio de Helicobacter pylori es el agua. Premio compartido compartido con los doctores Robert H. Gilman, Raúl León Barúa y Sixto Recavarren.
¿Cuáles son sus ocupaciones actuales?
En las mañanas me dedico a Spirat y al Spirat Especial y en las tardes a la práctica médica, labores en la Academia Nacional de Medicina, Acta Médica del Colegio Médico, la revista Diagnóstico, soy asesor del Policlínico Peruano Japonés, Vicepresidente del Patronato de mi Parroquia, allí dirijo un consultorio médico. Mis cuatro hijos tienen talento musical, mi hija es pianista concertista y mis nietos tocan todos los instrumentos que tienen a la mano, pero yo solo sé tocar la puerta. He dado siempre un espacio para mi vida familiar, nunca permití que los sábados y domingos sean interrumpidos con mis actividades profesionales, mis hijos me acompañaban muchas veces a ver pacientes, hemos hecho viajes al extranjero con toda mi familia, hemos viajado por todo el país, ahora son adultos y me queda el recuerdo de haber vivido plenamente con ellos. Los miércoles eran los días que no hacía consultorio y los dedicaba a jugar tenis con mis hijos. Tengo una esposa extraordinaria que me acompaña y se identifica con todo esto, seguimos yendo juntos a misa todos los domingos y luego hacemos la parrillada clásica en la casa. De mis cuatro hijos, el ultimo es médico, le hice ver no sólo la parte positiva de la Medicina sino la parte sacrificada por que una vez lo oí al doctor Honorio Delgado que muchas veces un joven se entusiasma con una profesión por lo que ve, “el lustre de la profesión”, mi hijo me conocía como el profesor principal, como el médico a quien invitaban a dar discursos, conferencias, trabajando con el Helicobacter pylori, me preocupaba mucho que sólo viera “el lustre”, recuerdo que le dije “si quieres ser médico entonces vas a saber lo que es la Medicina”, hacía que me acompañara a visitar a los pacientes aún de madrugada, era todavía un chico de 14 años, los domingos íbamos a la playa y toda mi familia se estaba preparando pero antes tenia que pasar visita a las 7:00 de la mañana y le decía a mi hijo que me acompañe con el pretexto que me maneje el auto. Con agrado observé que le gustaba la Medicina, ahora es médico y radica en EE.UU., se especializó en Neumología. Mi hija Cecilia es Arquitecto, Pianista y Jefe del Departamento de Música del Colegio Markham. Mi hijo Alberto, Ingeniero Eléctrico, es Gerente Regional para la región del Asia de Energizar y mi Ingeniero de Sistemas dedicado a la investigación.
¿Qué experiencia o enseñanza le ha dejado su vida profesional?
Recordando a Churchill “he hecho lo que he debido y no lo que podido”. Lo que yo puedo decir es que un hombre debe ser aspirante, agresivo positivamente, perseverante, con gran respeto por los demás, saber sus limitaciones. Debe tratar de conseguir lo que aspira, pero de otro lado, aceptar lo que la vida te la va presentando, sin frustraciones. Satisfacerse y ser feliz con las cosas que le da la vida, que siempre encuentre lo positivo en ella y sepa vivir conforme. Creo que esto vale para la familia, vale para la profesión, vale para lo económico, y que uno mire para atrás y diga he sido trabajador, no he quitado nada a nadie y que todo lo que tengo ha sido producto de mi esfuerzo y mi trabajo. Esto permite caminar y vivir tranquilos, a pesar de los defectos que se puede tener porque no hay un hombre perfecto.
¿Qué enseñanzas ha recibido de algunos doctores que usted considera maestros?
Yo aprendí de un gran amigo mío también profesor, el doctor Germán Garrido Klinge, que decía “a la gente acéptala como es” es una gran enseñanza. Tengo un gran aprecio por el doctor Alberto Cazorla Talleri, he trabajado cinco años con él durante su rectorado, es un hombre muy positivo que deja trabajar, siempre me acuerdo que me decía “ tocayo, todo lo malo que hagas va a ser de tu responsabilidad y todo lo bueno lo vamos a compartir”, entiendes como dejaba trabajar pero siempre teniendo el ojo allí, aprendí mucho del doctor Cazorla sobre el manejo institucional y otra cosa que me hizo aprender fue a improvisar discursos, a toda reunión que íbamos, me decía “habla tú” y yo tenia que hacerlo. Del doctor Alberto Hurtado aprendí su metodología de investigación, su espiritu de hacer escuela, todo lo que revolucionó en la enseñaza médica. Del doctor Guzmán Barrón su profundidad en la investigación. Del doctor Benjamín Alhalel su juicio clínico, razonamiento y gran espíritu de observación. Del doctor Honorio Delgado la profundidad de sus pensamientos, su elocuencia y la precisión del uso del lenguaje. Del Dr. Víctor Alzamora Castro, su espíritu organizador, su capacidad de liderazgo y convocatoria. No podría decir a quién yo más admiro es un grupo de maestros a quienes admiro desde sus diferentes ángulos, es difícil decir esta es la persona que más admiro, a cada uno de ellos les debo mucho y un ejemplo de este reconocimiento es cuando en un discurso le dije al doctor Alhalel “gracias maestro por no apagar la luz de los demás para que brille la suya”. Puedo dar gracias a Dios y a la vida el haberme permitido conocer, tratar y trabajar con médicos paradigmáticos.
¿Qué mensaje daría usted a los alumnos?
Creo que el mensaje que podría hacer a los alumnos es que siempre aspiren a ser más humanos y humanistas. Es algo que estamos perdiendo; sobre todo lo primero, porque esto es muy importante en el campo médico. Que traten de ser íntegros, de tener una visión amplia de las cosas y no ser tubulares y cortos en su percepción, de saber distribuir su tiempo para el resto, para sí, para su familia y que tengan una vida plena y amplia, disfrutando de todo lo que nos rodea sobre el común denominador del ser humano, humanistas e íntegros; pero, sencillos y no vanidosos. Debo terminar recordando que algo más sólido que el hierro, más duro que la piedra es la palabra del hombre íntegro".
¿Qué opina sobre la representación estudiantil?
La representación estudiantil debe estar frente en los estamentos de nuestra Universidad. Personalmente he facilitado la participación de los estudiantes en las diferentes instancias. Cuando fui Jefe de la Oficina de Investigación, los alumnos fueron un gran apoyo para mi, con ellos he establecido una gran amistad, en el Consejo Universitario y en la Asamblea Universitaria lo mismo. Cuando se me eligió Vicerrector Académico instituí reuniones almuerzos quincenales con los representantes de estudiantes para escuchar sus puntos de vista por que creo que debemos escuchar a los alumnos y reflexionar juntos.
Muchas gracias doctor Ramírez Ramos por habernos concedido la presente entrevista.
Giuliana Cárdenas Gamarra

martes, 11 de agosto de 2009

Arnulfo Moreno Ravelo

Hermano De La Pluma

por Julio Olivera Ore

Una franja de senda se abre paso por entre la pizarra, atraviesa Chuquique y conduce a Tauca (Kakia) por esta entrada el hombre se resbala por la pendiente de las calles al centro de la población. Apiñada y repleta están las casas. Un inusitado movimiento anuncia la actividad del agro por las mañanas. Huachuspiña, Conculay Quisuarball, Parga, Asumachay y Huamapara son las campiñas de Tauca que ofrendan su sonrisa cascabelera y desairosa. Más abajo un clima tibio ofrece sus galas de balneario y estampas como las de Llactabamba, Tiñayoc, Hualalay, Quichua y Matibamba dán a Tauca con su vegetación barroca y sus praderas floridas, un gusto renacentista. El alfalfar absorbe las praderas y sus flores de azul-violeta se extienden como brochazos sobre un campo de arcilla amarilla. Por el cerro de Angollca las minas de plata ceban la ambición y la fantasía.

Aqui nace el 15 de agosto Arnulfo Moreno Ravelo el ano de 1940, donde empieza a estudiar pasando a Cabana para concluir la Secundaria, despues Lima, a las Universidades de San Marcos y La Villareal, obteniendo titulos de abogado y graduado en Ciencias Administrativas. Aqui en esteparnaso del amor pasa su primera infancia. El idilio tiene la efusion del campo y el perfume de las flores. Por Parga los recodos anidan recuerdos y ponen hitos a la aventura.

La riqueza de las campiñas y el sabor artístico del pueblo está representado en su templo. El arte colonial agotó los recursos barrocos y erigió altares soberbios cargados de ornamentos inverosímiles, de volutas que se esfuman como esencias, de adornos quintaesenciados, de columnas esbeltas transidas de una ebriedad mística y otras cargadas de racimos de uva, grávidas y apasionadas. Los artistas vaciaron su fantasía y captaron la emoción del pueblo para plasmarlo en su templo. De aquí los ábacos llanos y severos del arte dórico o los remilgados y estilizados del corintio y gótico, capiteles, bazas y cenefas de ornamentación bizantina donde la imaginación se pierde, estrías de pilastras pulidas con pan de oro y tallados con lujo, frisos de alto y bajo relieve con motivos arabescos engastados entre arbitrales griegos y cornisas árabes, jambas, molduras y cenefas de oro que irradian vivos fulgores. Rejas toledanas de tipo renacimiento y ventanales con barrotes de madera tallada o esculpida; arcones esmaltados, relicarios de concha y carey; cálices, custodias y candelabros elegantes con incrustaciones de piedras preciosas tallados en el oro y la plata de la región; palios y casullas de seda y oro donde el arte se ha esmerado y agotado sus recursos y en los que enhebró la mujer tauquina su pasión angelical y su fe cristiana.

El púlpito de madera donde no hay una pulgada libre de talla o de motivo decorativo es el orgullo del pueblo y reliquia nacional. El artista se ha esmerado y su fantasía se ha excedido en el portento de la obra; la imaginación apenas puede seguir la prodigalidad decorativa. El oro burilado en el púlpito aumenta el fausto de la obra y excita la ambición de los extraños.

En Tauca la manzana es una planta silvestre. Los montes se repliegan en los ceros o se cuajan en las acequias o junto a los cercos de los corrales, abunda en los huertos y hasta invade el patio de las alquerías. Una fragancia de fruta aroma el ambiente. Y las gacelas de la campiña dulces y sonrosadas como unas manzanas llevan a los mercados vecinos su mercadería y el garbo de su belleza lozana y turbadora. Este caso singular de hermosura tenia que generar bardos y romances y por fuerza una música y una poesía romántica. El campo poblado de cadencias incitó a la aventura y las pasiones tenían que incursionar por el verso y la melodía. Y la mujer como un ángel o una vestal fue endiosada y venerada la campiña como un templo le ofreció el escenario de las sombras de sus montes o el furtivo recodo de sus caminos para dar a florecer una promesa o un beso. Es aqui donde Arnulfo pisa con sus versos este paisaje efusivo de su tierra brindadonos casi toda su produccion, que le han servido para ser reconocido, galardoneado y premiado por asociaciopnes nacioinales e internacionales. Miembro de la Anea, del Ateneo Andino de muchas asociaciones cullruraes y directivo como en la Casa del Poeta Peruano. D istingudo con Los Laureles Poeticos Cesar Vallejo y es declarado Hijo Ilustre de la Provincia de Pallasca

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